Si fracasas, no te lo tomes como algo personal
[no es ese el mensaje ni es el camino…]
Dicen que Edison espetó un buen día:
“No he fracasado, he descubierto mil maneras de NO hacer una bombilla…”
No tengo muy claro si había un reportero justo cuando dijo eso o si fue cosa de su mejor amigo, que lo apuntó en su diario, pero sea como sea, real o inventada, la frase ha hecho fortuna.
Ríete tú de cuando la CIA le dice a sus espías que si son descubiertos negará conocerlos de nada… El abandonado a su suerte de nuestra cultura es, sin duda, el fracaso.
Los éxitos tienen padres y madres naturales, y casi cualquiera adopta a un éxito sin miramientos. Pero a los fracasos les suele tocar quedar huérfanos con mucha frecuencia.
Creemos que nuestra misión en la vida es esquivar al fracaso a toda costa, algo que no puede ocurrir fácilmente. Pero partimos de esa quimera y al no poderla cumplir, terminamos con urticaria y acidez estomacal, o tratando de encasquetarle el fracaso a otro en un jueguecito de culpas tan cansino y estéril.
Lo cierto es que el fracaso forma parte del aprendizaje y no lo vas a poder evitar. Y cuando lo intentas evitar, estás evitando el aprendizaje, lo cual te aleja de lograr tu objetivo y cambiar.
¿Ves el círculo vicioso?
En este videothinking breve a la par que incisivo te explicamos algo que te va a liberar mucho: qué son los fracasos y qué vienen a contarte de tu gestión del cambio.
Nos proponemos corregir tu relación con el fracaso para que pase de ser un invitado incómodo a parte de la familia. Míralo y luego, en los comentarios, ya nos dirás si lo hemos logrado…